Temor al fracaso, algunas veces, la responsabilidad conlleva un temor más desconcertante que el de simplemente cometer errores, el temor al fracaso. En el pasado siempre necesite la aprobación de los demás, me costaba mucho trabajo tomar decisiones propias, siempre con el miedo a fracasar, al rechazo. al abandono, a la soledad, hablar en público, mi temor al fracaso y mi sentimiento excesivo de responsabilidad por las personas, los lugares y las cosas sobre lo que no tenía control, me desgastaron física, emocional y espiritualmente, tenía una autoestima muy baja y poca valía como persona.

Tengo una decisión que tomar y ya no pido la opinión de los demás, lo hago con mucha seguridad, sé que no existe el fracaso, hoy lo llamo aprendizaje, nunca te sientas una fracasada, recuerda que todas las malas experiencias que pasaste te dejaron algo que aprender, la adversidad te fortalece, te enseña para después tu transmitas a los demás, que si se puede tener una vida plena.

Hay unas palabras que me enseñan mucho «Que empiece por mi» hacer procesos de recuperación, necesito trabajar mi carácter, el problema en la vida no son los demás, es como yo interpreto lo que me dicen, lee libros que te ayuden a superarte, trabaja en tu carácter, recuerda que el carácter se forma en la niñez, siempre culpamos a los demás de mi infelicidad, así me paso, hasta que entre a los grupos de autoayuda, aparte con mi terapeuta y empecé a verme y conocerme realmente como era, hasta el día de hoy sigo haciendo procesos, mis perdidas y duelos, codependencia, neurosis, autoestima, cada día es un regalo que Dios te brinda para crecer, confiar, trascender, hacer procesos, liberar resentimientos, todas las áreas de mi vida las cuido el día de hoy, «que empiece por mi» a sentir la lluvia que moja mi piel y me recuerda que estoy viva, cuando me concentro en mí, honro mis pensamientos y presto atención a lo que los mismos me indican respecto a mi camino.

Vence tus miedos, porque no te dejaran crecer, si tienes miedo hablar en público, empieza hacerlo, necesitas lanzarte hacia adelante, puedes lograr tantas cosas buenas al tomar conciencia que muchas veces son nuestras creencias limitantes de la niñez, (tonto, burro, bueno para nada, para nada vas a servir en la vida) tu tienes todo el poder de vencerlas, porque tú puedes, vales y mereces una vida mejor.

Hoy tengo un motivo para vivir y puedo dar las gracias por el día de hoy, puedo imaginar que algunas veces durante el día que vivo, ya sea que me dé cuenta o no, estoy actuando según la voluntad de Dios, le pido con mucha fe, que guíe mi día, ponga en mis labios palabras de comprensión, me ayude a aceptar lo que no puedo cambiar, el pensar en que lo que estoy haciendo es suficiente, me reconforta sobremanera, me anima sentir que tengo un motivo firme.

«No hay ningún motivo para castigarte por no haberlo hecho mejor, lo hiciste todo tan bien como pudiste. Libera el pasado con amor y agradécele que te haya conducido a este nuevo conocimiento»

Louise Hay