Vivir un día a la vez, puede parecer una tarea infranqueable cuando tenemos que enfrentar los innumerables sentimientos y recuerdos que afloran a la superficie, el contacto con otras personas puede ayudarme a permanecer en el presente, tal vez no siempre perciba la ayuda que me brinda mi poder superior, pero tengo fe en que existe.

¿Como permanezco en el presente, cuando tengo que luchar con los recuerdos tristes de mi pasado? A veces oro un momento a la vez, pidiéndole ayuda a Dios mediante la oración, otras veces hablo, grito o lloro ante El o ante un amigo fiel, otras veces lo escribo, camino o hago algo reconfortante, salir a caminar, admirar la naturaleza, leer, mirar la noche llena de estrellas.

Abordar el pasado cuando sale a la superficie en mi vida, hoy, no quiere decir que tenga que atarme al mismo. Puedo permitir que el poder cicatrizante de la terapia, me ayude a revivir las antiguas emociones enterradas y luego volverlas a poner en su sitio, en el pasado. Aceptar y soltar las riendas de mi historia, no niega lo sucedido, sino que me permite disfrutar el presente y avanzar hacia el futuro, libre de las trabas que impone el peso de las emociones antiguas, antes me iba muy seguido al pasado a sufrir, por lo que no me dieron, porque no me quisieron, ¿porque a mí? o volaba al futuro a estarme angustiando, me costaba mucho trabajo concentrarme en el aquí y ahora, hoy vivo un día a la vez, un minuto a la vez, un segundo a la vez, con la confianza de que voy por buen camino.

Solo por hoy decido disfrutar de lo que me ofrece este día, si no me gusta lo que me ofrece, le pediré a mi poder superior, que me ayude a mejorar mis actitudes. Antes me quejaba de todo, siempre pensando en lo negativo, hay no, san lunes y ya me arruinaba el día con ese pensamiento negativo, en lugar de pensar en todas las bendiciones que me trae cada día, pensaba en lo malo y me estresaba muchísimo, hoy es diferente, abro mis ojos y no me bajo de la cama, sin agradecer que estoy viva, tengo salud, piernas, puedo ver, caminar, abrazar, saborear la comida, respirar, mi trabajo, un techo, familia sana, un esposo amoroso, comienzo cada día con amor y amabilidad, solo tú tienes el poder de hacer que tu día sea tan bueno, como te sea posible.

Un día a la vez, representa un reto para mí, no me preocupa cómo reaccionaran los demás, me preocupa como tratar una situación difícil ¿tendré el valor de defender mis ideas, mis derechos o mis necesidades con paciencia y respeto? La importancia de saber cuál es la voluntad de Dios para conmigo viviendo un día a la vez radica en que conoceré los pensamientos, sentimientos, palabras y acciones adecuadas para un momento determinado, tener las fuerzas para cumplirlas significa que recibiré las cualidades necesarias, voluntad, valor, paciencia, para transformar ese conocimiento en acción, en un momento determinado.

«Señor, ilumíname para entender bien las situaciones difíciles de mi diario vivir y tratar de resolverlas de la mejor manera, dame la fuerza en el corazón para ser valiente y vencerlas en tu nombre».