Durante mis primeros días en mi proceso de recuperación, tenía dificultades para entender lo que significaba, la serenidad y como podía lograrla, sin embargo, me identificaba con la idea de aprender y comencé a ver lo que podía cambiar acerca de mí, para ser más receptiva y estar más dispuesta a aprender. La vida es un continuo aprendizaje, de cada uno de los seres humanos que me rodean aprendo algo, antes me costaba mucho trabajo escuchar a los demás, solo quería que me escucharan a mi, sobre todo las quejas, lo que me hicieron, lo que no me dieron, ¿porque a mí?

Mi recuperación funciona, si soy franca, sincera, comprensiva y estoy dispuesta, todos estos son componentes importantes para aprender con humildad, estar dispuesta a aprender significa, admitir que no lo sé todo, caminar hasta el mejoramiento personal es un viaje de toda la vida, mientras más dispuesta este a escuchar y aprender, llegare a lograr la plenitud, de la mano de mi poder superior, quien me guía hacia senderos de paz y amor.

Que alegría siento cuando escucho a alguien y por ese solo hecho la estoy ayudando, hoy en día tengo ese hermoso propósito, abrazar, escuchar, orientar y el mejor regalo para mi es la gratitud de la gente, el verlas sonreír, hacer procesos de perdón, trabajar en sus pérdidas, su historia de vida, juntas crecemos cada día en todas las áreas, física, emocional, espiritual, intelectual y social, no importa lo que hayas vivido, supérarlo, la adversidad te hace más fuerte y te enseña lecciones de vida.

Muchas veces mi cuerpo también necesita que lo escuche y le preste atención a mis propias necesidades, escuchar y aprender con mi cuerpo, mi alma y mi poder superior ¿cómo lo hago? trato de examinar mi interior regularmente ¿tengo hambre, me siento enojado, solo o cansado? si es así, puedo hacer una pausa en mi actividad y tomarme el tiempo para satisfacer mis necesidades, cuando presto atención a los mensajes que recibo, tengo una mejor oportunidad de desprenderme emocionalmente de otra gente y otras situaciones, según corresponda, para mí, es la base de la serenidad. Ya no debo esperar a que mi salud, mi situación financiera, o mi estado emocional se derrumben para prestar atención a mis necesidades, hoy puedo escuchar y aprender.

Es importante que tomes el tiempo para comprobar que estas dejando de hacer, de las cosas que te hacen sentir bien, haz una lista de lo que te gusta y ve que te falta, ver un atardecer, bailar, escuchar música, hacer ejercicio, visitar a mis seres amados, ir al cine, hacer un deporte, ir a la playa, convivir con mis amigos, leer y aprender cosas positivas, salir de la rutina, mira tu entorno, disfrútalo, solo tenemos una vida, gózala, abraza, sonríe, escucha, siente el viento como acaricia tu rostro, vive.

«Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos, es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia, hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el conformismo, en vez de esto trabajemos duro, acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla».

Albert Einstein